A través de una ironía, humor y tristezas quijotescas, el hijo de Don Quijote y su hermano gemelo, “el niño Jesús”, nos relatan sus frustraciones y sufrimientos desde el mismo día de su nacimiento. Nos harán partícipes de sus terribles experiencias como víctimas de abusos sexuales en un colegio de religiosos y como testigos de la España franquista y de los campos de concentración nazis. Entre otras muchas experiencias, desde trágicas a jocosas. “El Hijo de Don Quijote” logra que todo acabe transformándose milagrosamente: lo humorístico en lo místico, lo más criticable de de la religión en espiritualidad viva y genuina, la necedad en sabiduría y el Mal en Bien. Esta novela, esencialmente
“antitotalitaria”, aparte de servir como reconciliación histórica y sutura simbólica, trata de abrir a todo ser humano, cualquiera que sea su ideología y confesión, política o religiosa, a los aspectos más elevados de su propia conciencia, naturaleza y espíritu. Sus misiones son las de emocionar y hacer reír.