ENERO 2013 - GenT-
“Recordad que las dificultades y los obstáculos son una fuente de salud para cualquier sociedad”.
Albert Einstein
“Recordad que las dificultades y los obstáculos son una fuente de salud para cualquier sociedad”.
Albert Einstein
“La crisis, el conflicto, es el rey de todo y el padre de todo”.
Heráclito
Lo
que hay que comprender y aceptar es que la verdadera creatividad en
cualquier campo, artístico, social, político, médico o científico, es,
en primer lugar, algo muy personal, algo que pertenece exclusivamente al
individuo, sólo a él, y que esa creatividad límpida nace únicamente de
la angustia.
En
su libro “Medicina y actividad creadora”, Rof Carballo escribe: “antes
de experimentarse la bienaventuranza gozosa de la iluminación creadora
se sufre una espacie de neurosis”, lo que él llamó: “la neurosis de
creación”.
Es
una tensión sostenida, que es dolorosa, torturante, que llega a
convertirse en insufrible sobre todo si la solución aparece bloqueada
por todas partes. Y sigue Rof: “Lo más espectacular y dramático del
proceso creador es el proceso de iluminación o revelación, esto es,
aquel momento en el cual, tras una larga y dolorosa espera en busca de
una solución, al final surge ésta como una revelación que viniera de
otro mundo... A su vez, lo característico del hombre creador es su
disposición a responder con un sobrehumano esfuerzo de síntesis al reto
que planean a la mente humana el desorden y el desequilibrio”.
Por
lo tanto, es en el fulgor de la crisis donde nace la inventiva, los
grandes descubrimientos y las mejores estrategias, lo que se conoce como
“creatividad paradójica”, o creatividad nacida desde dentro de un
estado de destructividad y caos.
Además,
por si las dificultades fueran pocas, durante esos estadios iniciales
de un proceso de creación la intervención de la sociedad suele ser
negativa. Y es que, en realidad, ni los partidos políticos, ni siquiera
las asociaciones científicas, pueden en esencia, pensar. Sólo el
individuo puede pensar. Una corporación puede organizar la aplicación de
un descubrimiento ya hecho, pero no hacer uno.
Sólo
el individuo libre puede hacer un gran descubrimiento. ¿Se imagina
usted un comité de cientificos haciendo los descubrimientos de un
Charles Darwin? Además, si no chocamos contra la razón nunca llegaremos a nada,
Einstein volvió a recordarnos todo esto, así como que la verdadera
crisis es la crisis de la incompetencia, que sin crisis no hay desafíos,
y sin desafíos la vida es una rutina que acaba por convertirse en una
lenta agonía. Pues al fin y al cabo es en la crisis donde nace la
inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. (Para más
información al respecto, ver el capítulo de este autor: “Dinámica
espiral de las crisis psicoespirituales: de la caída al infierno y al
caos a su superación y curación”, en el libro KRISIS, Ediciones La
Llave, 2009).